ISSN: 1130-2887 - eISSN: 2340-4396
DOI: https://doi.org/10.14201/alh.28512

El enfoque de la política de comercio exterior en Bolivia y su incidencia sobre las exportaciones tras el ingreso al sistema multilateral de comercio

The Focus of Foreign Trade Policy and its Impact on Bolivian Exports after Joining the Multilateral Trade System

Jose Jaime Cortina Orero jose.baena@ceipa.edu.co 1 2

Jhonny David Atila-Lijeron eudald.cortina@usc.es 3

Susana Herrero-Olarte susana.herrero@udla.edu.ec 4

1 Institución Universitaria CEIPA

2 EAE Busines School

3 Universidad Autónoma Gabriel René Moreno

4 Universidad de las Américas

Envío: 2022-02-21

Aceptado: 2023-02-20

Publicación: 2024-02-02

RESUMEN: Este artículo pretende caracterizar el comercio exterior de Bolivia, específicamente en el caso de las exportaciones, dado que tras su ingreso al Sistema Multilateral de Comercio se han adoptado medidas que trazaron el devenir de la política comercial de este país andino. En particular, se analizan los principales productos de exportación, la participación de cada departamento en su producción, el comportamiento histórico de las exportaciones y su impacto dentro del comercio mundial, entre otros aspectos.

Palabras clave: políticas de comercio exterior; exportaciones; balanza comercial; Bolivia

ABSTRACT: This article aims to characterize Bolivia’s foreign trade, specifically in the case of exports. This is because after Bolivia’s entry into the Multilateral Trade System, measures have been adopted that have shaped the evolution of the trade policy of this Andean country. In particular, the main export products, the participation of each department in their production, the historical behavior of exports, and their impact on world trade, among other aspects, are analyzed.

Keywords: foreign trade policies; exports; trade balance; Bolivia

I. Introducción

Andersen et al. (2004), después de varias décadas de lo que se denominó «capitalismo de Estado», caracterizado por la implementación de políticas comerciales específicas como la sustitución de importaciones, Bolivia llevó a cabo a mediados de los 80, durante el siglo XX, una nueva política económica (NPE) intentando alinearse a la tendencia de libre comercio ante la cual la región y el mundo han venido enfrentándose con el devenir de la globalización. No obstante, el NPE parece no haber alcanzado muchos de sus objetivos iniciales y, si bien la inversión extranjera (IED) directa ha aumentado, la desigualdad en muchas regiones se ha mantenido. Por lo tanto, parece que el aumento de la IED y las exportaciones no han podido reducir la pobreza de la manera esperada; lo cual supone que la NPE ha tenido una orientación discutible que no ha beneficiado completamente a determinados sectores de exportación como son la confección, la agricultura moderna y otros más que podrían ayudar subsecuentemente a impulsar más la industrialización en general.

De cualquier manera, si bien es cierto que las exportaciones de este país andino aumentaron de modo sorprendente después del año 2000, durante el presente siglo XXI, lo que ha permitido evidenciar un repunte en ciertos indicadores económicos, parece que este comportamiento muy poco ha tenido que ver con las medidas de la NPE. La verdadera respuesta parece estribar en lo que se ha denominado el superciclo de los commodities; en cuyo caso, la elevada demanda de ciertas materias primas, impulsada sobre todo por la demanda de China y otras potencias industrializadas, ha llevado a unos elevadísimos precios a nivel internacional que han terminado beneficiando a ciertos países productores (Steinberg, 2016; UNCTAD, 2021). No obstante, este fenómeno extraordinario que se presentó con las materias primas parece haber alcanzado su cenit en el año 2012 y asimismo la posición de diversos teóricos coincide en que estos precios se estabilizarán y difícilmente se alcanzará otro episodio similar (Grijalva, 2014). Todo lo anterior, especialmente, por la transición que el mundo atraviesa hacia otros tipos de energías más limpias a fin de dejar atrás el modelo de combustión interna y otras afines que agravan el problema del medio ambiente (Gomelsky, 2003; Monkelbaan, 2019).

En este sentido, según Orias (1997), el comportamiento histórico del comercio exterior de Bolivia ha estado caracterizado por diversos procesos de transición en donde se han presentado episodios muy marcados tanto de crecimiento como también por declives que han conllevado la implementación de otras políticas comerciales tras su ingreso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y su participación dentro del Sistema Multilateral de Comercio. Los cambios se generan por el compromiso al que se acoplan los países miembros al ingresar a la OMC, como el de reducir los obstáculos de negociación y de comercio, incentivando el comercio libre, entendiendo que esto, de hecho, permitió que Bolivia flexibilice el patrón y la estrategia de inserción externa, incrementando en varios sectores sus niveles de exportación, como se verá en el desarrollo de este documento (Zambrana, 2002; Zambrana, 2019). Es así como tales medidas han apuntado a dar un viraje transcendental considerando la más que notable dependencia sobre el tráfico de sustancias ilícitas que, según UNODC (2020, p. 45), se estima que ronda el 1,3 % del PIB del país, lo cual conlleva complejas problemáticas entre las que se encuentra el financiamiento del contrabando de diversas mercancías, trastocando por consiguiente la dinámica de crecimiento actual de la industria nacional.

Del mismo modo, existen otras problemáticas y sobre todo una significativa dependencia externa que parece condicionar aún el desarrollo económico de Bolivia como asimismo el devenir mismo de su propio comercio exterior y que en este caso se supedita específicamente a la cooperación internacional. Lo anterior, considerando, por un lado, la ayuda oficial al desarrollo recibida desde diversos países y que alcanzó en los últimos años aproximadamente el 1,8 % del PIB de Bolivia (Banco Mundial, 2019) como asimismo, por otro lado, los acuerdos comerciales preferenciales otorgados por países desarrollados para países en vías desarrollo, como Bolivia, que reciben beneficios arancelarios unilaterales los cuales pueden conllevar paradójicamente que sus economías estén condicionadas sobre ciertos mercados concretos (Álvarez, 2010; Baena-Rojas, 2020).

Así parece entonces evidente la necesidad de que Bolivia logre también superar una dependencia más que en este caso tiene que ver con la diversificación comercial. La cual puede estar asociada, de acuerdo con Vásquez y Morales (2017), tanto con la producción industrial como también con el destino de las exportaciones, dado que parece existir una relación positiva considerable entre el grado de diversificación y el desempeño comercial. Esto en parte debido a que la diversificación promueve también la competitividad; lo cual termina reflejándose en mejoras dentro de la balanza comercial y el aumento de los ingresos para las economías. Es por ello que Bolivia tiene entonces, aparte de las medidas comerciales ya adoptadas, retos importantes relacionados con alcanzar una mayor integración a partir de la liberalización de su comercio teniendo en cuenta no solo la evidente y actual dinámica de la globalización, sino, también, el hecho de que la economía del país no debería depender en proporciones tan elevadas de la producción de commodities y materias primas dada su propia volatilidad, como también el hecho de que esta es precisamente una característica propia de países con problemas de desarrollo (Candia et al., 1993).

Para lograr diversificar sus exportaciones, sería fundamental que se negocien acuerdos comerciales como lo han hecho otros países de la región, a razón de aprovechar las diferentes dinámicas de intercambio de productos de otras economías como las de Estados Unidos e incluso la Unión Europea (UE), considerados respectivamente como el primer y el segundo mercado de importación del mundo (CEPAL, 2008). Aunque, en todo caso, la diversificación de mercados no tiene que suponer que Bolivia reduzca a ultranza ciertas políticas restrictivas que efectivamente pueden amparar a su industria nacional en el presente. Se trata realmente de que dentro de su actual modelo económico se logre, con las rentas actuales derivadas de la explotación de recursos naturales del sector minero y buenas prácticas en gestión pública, un verdadero impulso al desarrollo productivo e industrial que facilite la transferencia de nuevas tecnologías, como también un uso intensivo del trabajo, además de la apertura a ciertos mercados externos. Todo esto a fin de potenciar mejor la distribución del ingreso y la reducción de la pobreza que hagan posible enfrentar las potenciales agitaciones que supongan la caída intempestiva en los precios de los commodities y materias dentro del comercio mundial (Aparicio et al., 2020).

Por consiguiente, para lograr caracterizar el enfoque de la política de comercio exterior de Bolivia, tras la adopción del NPE como el ingreso de este país a la OMC, este artículo pretende identificar algunas de las políticas comerciales más influyentes para promover las exportaciones de este país. Igualmente, intenta ofrecer algunas reflexiones esenciales respecto a su incidencia en las exportaciones; todo ello, destacando aquellos productos que componen los flujos comerciales de salida de Bolivia y que impactan directamente en su balanza comercial. Asimismo, será representado el comportamiento histórico de dichas exportaciones en las últimas décadas además de identificar sus principales productos y la participación de cada sector. Se reconocerán también los principales socios comerciales de destino de las exportaciones y finalmente se indicarán las posiciones de los productos bolivianos más importantes dentro del comercio mundial. Todo lo anterior, justo antes de que se empezaran a evidenciar los efectos económicos tras la declaración de pandemia por las autoridades oficiales internacionales durante el 2020.

La presente propuesta permite generar un aporte descriptivo y analítico hacia la literatura enfocada al comercio exterior, puesto que se puede utilizar el caso de estudio de Bolivia para identificar oportunidades de mejora para el resto de las economías en desarrollo, principalmente en la región latinoamericana. Adicionalmente, enriquece la poca literatura existente que analiza las complejas relaciones del comercio exterior en Bolivia, con información actualizada y desde las decisiones sociopolíticas, puesto que, en los trabajos existentes, se han evaluado las relaciones específicas entre variables, como en los documentos de Candia et al. (1993) y Loza (2012), en los que se estudian las relaciones entre el tipo de cambio, las exportaciones y las importaciones. El limitado desarrollo de la literatura relacionada en Bolivia responde a una asunción previa del resultado esperado y al entendimiento de que, sin otras reformas estructurales de fondo, sobre todo las ligadas al capital humano y a las herramientas vinculadas al fortalecimiento del tejido empresarial, las estrategias comerciales tienen un impacto menor y coyuntural.

Para cumplir con lo propuesto se establecen tres enfoques: (i) uno exploratorio mediante el planteamiento de una pregunta de investigación; (ii) uno descriptivo de forma que se recolecta información de registros existentes, teniendo como eje del análisis los artículos científicos especializados en comercio exterior y las estadísticas de fuentes de datos bolivianas e internacionales; (iii) y, finalmente, uno causal al analizar las relaciones que existen entre las variables que explican el comportamiento del comercio exterior de Bolivia. Cabe mencionar que en esta investigación no se realiza un diseño experimental con variables definidas a nivel cuantitativo, sino que se plantean supuestos hipotéticos mediante los que se pretende explicar la realidad del comercio exterior de Bolivia como objeto de estudio. Además, se destaca la utilización de fuentes de datos actualizadas para su desarrollo, las cuales provienen principalmente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), del Instituto Nacional de Estadística de Bolivia (INE) y del Centro de Comercio Internacional (INTRACEN).

Es necesario, además, acotar este análisis a un modelo productivo que desde la economía estructuralista se tilda de bipolar, donde conviven un sector moderno y uno tradicional. El sector tradicional, incapaz de llegar a la capacidad del moderno, genera de manera natural un límite fundamental al impacto que pudieran tener las estrategias comerciales.

El presente artículo está estructurado en cuatro secciones. La primera es la revisión de la literatura, en cuyo caso se efectuará una compilación de aquellos documentos que ayuden a contextualizar, en términos teóricos, el devenir de las políticas de comercio exterior y el ordenamiento jurídico en materia de régimen de exportaciones. La segunda, la metodología, en la cual se detalla el procedimiento para la obtención de la información a través de fuentes oficiales como el Instituto de Estadística de Bolivia (INE) y el Centro de Comercio Internacional (ITC) para procesamiento de esta. La tercera, los resultados en donde serán estudiados los diferentes gráficos, tablas y figuras que permitirán alcanzar el propósito descriptivo y analítico de la investigación. Finalmente, la cuarta, alusiva en este caso a las conclusiones y reflexiones definitivas en torno a toda la presente propuesta.

II. Contextualización general sobre el comercio exterior boliviano

Las primeras políticas de comercio exterior de Bolivia resultaron tan convulsas e inesperadas como la fundación misma del Estado en 1825 no solo por la falta de claridad en ciertos objetivos que se pretendía alcanzar a mediano y largo plazo, sino también porque parecía existir una ausencia de continuidad en las medidas adoptadas entre cada administración pública de turno. Incluso, algunos trabajos de la época documentan, dentro de la débil historiografía de este país andino, que la política en aquel Estado era esencialmente una aventura llena de sinsentidos entre un gobernante y otro; lo cual ha traído importantes lastres para el desarrollo e industrialización del país hasta la fecha. De hecho, parecen no existir muchos cambios relevantes hoy por hoy a nivel de exportaciones dado que durante la primera parte del siglo XIX el país exportaba principalmente materias primas mineras como oro, plata y estaño, además de otras mercancías como lanas, cortezas y peletería principalmente (Bonilla, 1980, p. 109). Y a pesar de diversos cambios en los patrones de demanda mundial, transiciones en el enfoque de la administración económica del país, además de múltiples revueltas sociales, el Estado de Bolivia sigue, en el presente, dependiendo notablemente del sector minero y de otras materias primas (Valdivia, 2021).

Durante el siglo XX Bolivia afianzó su dependencia no solo sobre ciertas materias primas determinantes para sus exportaciones, sino que igualmente encontró en algunos mercados como Estados Unidos e Inglaterra sus principales aliados o socios comerciales para destinar las exportaciones de todas estas materias primas. De este modo, el estaño se consolidó durante toda la primera mitad de este siglo como una mercancía clave dentro de las exportaciones históricas de Bolivia, lo cual conllevó una pérdida de protagonismo tanto del sector agrícola como del industrial. Es así como incluso luego, en la segunda mitad del siglo XX, el petróleo crudo y el gas natural comenzaron a representar valores cada vez más claves dentro de las exportaciones de ese país mientras los alimentos y materias primas agrícolas pasaban a un plano más secundario. Aunque en todo caso, años más tarde, los alimentos y ciertos productos agropecuarios como la soya y sus derivados, además de otras oleaginosas incluyendo el girasol, adquirieron relevancia alcanzando una participación importante para las exportaciones actuales de Bolivia (Velásquez-Castellanos y Pacheco, 2017, p. 142).

Evidentemente estos cambios en el enfoque del comercio exterior de Bolivia han respondido no solo a las complejas transiciones políticas del país que han terminado por influir en el devenir de su propio comercio exterior, sino que también han sido resultado directo de la estrategia de internacionalización de su economía y su propio comercio con hitos importantes como su participación en la fundación misma de la OMC. Por consiguiente, se puede aseverar que este país andino ha seguido las tendencias mundiales de políticas de desarrollo. No obstante, los resultados han sido modestos considerando sus bajos niveles de industrialización, dado que el comercio de Bolivia aún se concentra en la explotación y la exportación de recursos naturales (Muriel y Barja, 2006).

De esta manera, según Beverinotti (2018), el comportamiento de las exportaciones de Bolivia en estos últimos años ha venido teniendo un crecimiento más que significativo en parte por la dinámica misma de la economía de ese país; la cual según algunas estimaciones oficiales alcanzó cifras sorprendentes en donde se triplicó el comercio entre 2005 y 2016. Un escenario que, sin dudas, resultó favorable para los intereses del gobierno en aquel momento, pero que asimismo dejó en evidencia la más que notable dependencia sobre el sector extractivo en donde en definitiva las políticas comerciales para diversificar el comercio exterior y sobre todo desarrollar el sector industrial no han funcionado adecuadamente. De hecho, se puede decir que la economía de este país depende, en buena parte, del rendimiento mismo de su sector extractivo como son específicamente la minería y los hidrocarburos; e incluso las tasas de crecimiento de los últimos años difícilmente se repetirán considerando la normalización de los precios de las materias primas a nivel mundial.

En otras palabras, el comercio exterior de Bolivia se ha visto visiblemente beneficiado por las rentas del Estado, las cuales subsecuentemente han permitido, de cierto modo, generar una mejor distribución en los ingresos, reduciendo las tasas de extrema pobreza en ese país. Además, que esta situación favorable ha permitido la adopción de algunas políticas concretas en cuyo caso se han otorgado subsidios a favor de sectores productivos como estrategia para afianzar determinados programas de industrialización a partir de las inversiones públicas. Lo anterior, buscando potenciar el valor agregado en la producción de las materias primas como también facilitar el desarrollo de infraestructura económica y social por parte del Estado. Sin embargo, la eficacia de estas políticas parece supeditarse a un mayor tiempo de afianzamiento como también de más recursos económicos, los cuales dejaron de ser los mismos tras la normalización de los precios internacionales de las materias primas (Aparicio et al., 2020).

Sin embargo, como en este periodo de tiempo el enfoque de las políticas gubernamentales se basó en la priorización del desarrollo hacia adentro, centrando como principal interés la redistribución de ingresos, esto provocó que se mantenga la matriz productiva y exportadora boliviana, y se acentuó la dependencia económica del país hacia las materias primas, pues el cumplimiento de los objetivos internos se sostuvo mediante el alto intervencionismo del Estado y la nacionalización de varios recursos naturales no renovables que son exportados, como es el caso de los hidrocarburos (Ceppi, 2014; Aparicio et al., 2020). Frente a esto, romper la dependencia económica de Bolivia representa un reto no solo comercial, sino también productivo.

En este contexto, se ha desarrollado una política económica cuyo ambicioso y complejo propósito es el de lograr la transformación estructural del país en lo que se conoce como el modelo económico social comunitario productivo (MESCP). Dentro de este programa el gobierno de Bolivia ha buscado ejercer la dirección y el control de los sectores estratégicos por medio del desarrollo de diferentes políticas, incluyendo algunas en el apartado de comercio exterior (véase Tabla 1), para impulsar las exportaciones. Lo anterior, a razón de garantizar una mejor redistribución del ingreso por medio de la transferencia de recursos de los sectores estratégicos generadores de excedentes, como el sector extractivista, todo esto a otros sectores que pueden impulsar la generación de ingresos y empleo en todo Bolivia (SICE, 2017).

TABLA 1. POLÍTICAS DE COMERCIO EXTERIOR PARA IMPULSAR
LA EXPORTACIÓN DE PRODUCTOS DESDE BOLIVIA

Nombre de la política

Aspectos claves

Normativa
y año

Régimen de Admisión Temporal para Perfeccionamiento Activo - RITEX

Estimula el comercio mediante el ingreso de materias primas y bienes intermedios al territorio aduanero nacional con la suspensión de aranceles aduaneros y gravámenes arancelarios (GA), además de ciertos impuestos locales como el impuesto al valor agregado (IVA), impuesto a los consumos específicos (ICE). Lo anterior, siempre y cuando sean incorporados en un proceso productivo que permita la fabricación de productos de exportación.

Ley n.º 1990, Ley General de Aduanas del 28 de julio de 1999
Ley n.º 1489, del 16 de abril de 1993

Corredores de exportación de energía, hidrocarburos y telecomunicaciones de necesidad nacional

Promociona concesiones y extensiones de suelo necesarias para la construcción y operación de productos esenciales para el transporte y la comercialización de hidrocarburos además de sus derivados. Lo anterior, a fin de alentar en las regiones aledañas los corredores de exportación que redunden en desarrollo económico y social.

Ley n.º 1961, 23 de marzo de 1999

Régimen tributario aplicable a las Zonas Francas

Incentiva la internación de mercancías a estas zonas geográficas delimitadas, así como las operaciones desarrolladas por los usuarios en estas. Asimismo, apoya a los concesionarios y/o usuarios de Zonas Francas, liberando de impuestos ciertas operaciones productivas llevadas a cabo por los mismos. Por lo tanto, dentro de estos impuestos destacan el impuesto al valor agregado, el impuesto a los consumos específicos, el impuesto especial a los hidrocarburos y sus derivados, el impuesto a las transacciones y el impuesto sobre las utilidades de las empresas.

Ley n.º 1990, Ley General de Aduanas del 28 de julio de 1999
Modificaciones a la Ley n.º 843 mediante Ley n.º 2493, 4 de agosto de 2003

Incentivo a las exportaciones de hidrocarburos, minerales y madera

Incentiva las exportaciones de productos primarios tales como hidrocarburos, minerales concentrados, minerales no industrializados, productos derivados de hidrocarburos, productos industrializados de minerales y productos no industrializados e industrializados de madera. Lo anterior, realizando la devolución del impuesto al valor agregado, del impuesto a los consumos específicos y del gravamen arancelario.

Ley n.º 3788, 24 de noviembre de 2007

Promoción Internacional

«Proexport Bolivia»

Impulsa las exportaciones mediante ruedas de negocios, misiones comerciales, exhibiciones, así como las prestaciones de servicios de asistencia al empresario boliviano. En general este programa de promoción de exportaciones ofrece oportunidades para potenciar el turismo e inversión a través de la reactivación económica enfocada en el comercio exterior.

Ley pendiente de confirmación, 1 de julio de 2016

*Dentro de estas políticas sobresale no solo el impulso que el gobierno de Bolivia ha dado a la explotación de materias primas, sino, asimismo, la no existencia definitiva de un ente formal que promueva y capacite a las empresas de ese país para vender sus productos en otros mercados y evidentemente explotar mejor los acuerdos comerciales existentes. Estas medidas son igualmente el resultado de la volatilidad política en el país que se refleja en distintas esferas incluyendo la consolidación de su propio comercio exterior.

Fuente: Elaboración propia basado en Ministerio de Relaciones Exteriores (2018), Aduana Nacional (2021b y 2021c) y Ministerio de la Presidencia (2022).

En todo caso, pese a las dificultades políticas e históricas del país, el actual gobierno parece ser consciente de la necesidad de procurar dar continuidad a estas estrategias que permitan diversificar más el comercio exterior de ese país; todo ello, a fin de intentar retomar la senda de la diversificación productiva y la industrialización que puede en el futuro disminuir la dependencia extractivista que Bolivia ha alcanzado sobre ciertas materias primas. Es así como se han venido implementando entonces algunos programas que pretenden afianzar la reconstrucción económica a través del incremento de la inversión pública, la cual ha traído determinados resultados, así como dar continuidad al gasto asociado a los programas sociales; todo ello, priorizando el sector de la salud y el de la educación con la asignación de recursos que puedan traer a futuro resultados a nivel productivo (Viceministerio de Comunicación, 2022).

En todo caso, según Blanco (2005), ha de señalarse que, dentro de la estrategia de internacionalización de la economía y el comercio de Bolivia, la participación de este país dentro del Sistema Multilateral de Comercio no ha sido únicamente una de las acciones más destacadas a nivel de política de comercio exterior. Lo anterior, dado que el gobierno ha buscado también, incluso antes de ingresar a la OMC, llevar a cabo diversos acuerdos comerciales con otros países (véase la Tabla 2), a fin de alcanzar preferencias arancelarias en otros mercados que le permitan no solo exportar sus productos sin barreras arancelarias que trastoquen su competitividad, sino que le permitan afianzar sus relaciones comerciales con otros países.

TABLA 2. ACUERDOS COMERCIALES DE BOLIVIA PARA LA OBTENCIÓN DE PREFERENCIAS ARANCELARIAS CON OTROS MERCADOS

Nombre del acuerdo en vigor

Tipología

Países miembros

Cobertura

Fecha de inicio

Región

Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI)

Integración Económica (IE)

Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela

Mercancías

18 de marzo de 1981

América del Sur – Caribe – América del Norte

Comunidad Andina (CAN)

Integración Económica (IE)

Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú

Mercancías

25 de mayo de 1988

América del Sur

Sistema Global de Preferencias Comerciales entre Países en Desarrollo (SGPC)

Arreglo Preferencial de Comercio

Argelia, Argentina, Bangladesh, Benín, Bolivia, Brasil, Camerún, Chile, Colombia, Corea del Sur, Cuba, Ecuador, Egipto, Filipinas, Ghana, Guinea, Guyana, India, Indonesia, Irán, Iraq, Libia, Malasia, Marruecos, México, Mozambique, Myanmar, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, Perú, Singapur, Sri Lanka,

Mercancías

19 de abril de 1989

África –América del Sur – Asia Occidental – Asia Oriental – Caribe – Oriente Medio – América del Norte – América Central

Sudán, Tailandia, Tanzania, Trinidad y Tobago, Túnez, Venezuela, Vietnam y Zimbabue

Acuerdo de Complementación Económica Bolivia Mercosur n.º 36

Acuerdo de Complementación Económica (ACE)

Bolivia, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay

Mercancías

28 de febrero de 1997

América del Sur

Acuerdo de complementación económica

Bolivia y Chile

Acuerdo de Complementación Económica (ACE)

Bolivia y Chile

Mercancías

6 de abril de 1993

América del Sur

Acuerdo de alcance parcial de complementación Económica Bolivia y Cuba n.º 47

Acuerdo de Alcance Parcial (AAP)

Bolivia y Cuba

Mercancías

8 de mayo de 2000

América del Sur – Caribe

Acuerdo de Complementación Económica Bolivia México n.º 66

Acuerdo de Complementación Económica (ACE)

Bolivia y México

Mercancías

7 de junio de 2010

América del Sur – América del Norte

Acuerdo de Comercio de los Pueblos para la Complementariedad Económica, Productiva entre el Gobierno de Venezuela y

Bolivia

Acuerdo de Complementación Económica (ACE)

Bolivia y Venezuela

Mercancías

19 de agosto de 2011

América del Sur

Acuerdo de alcance parcial de complementación

Económica Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela n.º 70

Acuerdo de Alcance Parcial (AAP)

Bolivia, Cuba, Nicaragua y Venezuela

Mercancías

11 de julio de 2013

América del Sur – Caribe

*Existen dentro del comercio internacional diferentes tipologías de acuerdos comerciales entre Estados. Si bien los acuerdos más populares son los tratados de libre comercio (TLC), los arreglos preferenciales de comercio (APC) –en este caso no recíprocos– y las integraciones económicas (IE). Igualmente existen acuerdos mucho más simples, en cuyo caso solo se negocian preferencias arancelarias para ciertos bienes como sucede con los acuerdos de alcance parcial (AAP); y otros con preferencias arancelarias más considerables y con un mayor universo de productos respecto a AAP, pero menor que en el caso de los TLC, tal y como sucede con los acuerdos de complementación económica (ACE). Al respecto véase Subrei (2022).

Fuente: Elaboración propia basado en Aduana Nacional (2021a).

Por consiguiente, si bien muchos de estos acuerdos comerciales han sido un paso destacado para la estrategia de internacionalización de la economía y el comercio de Bolivia, no caben dudas de que, considerando las condiciones de desarrollo real del país, la dependencia de la ayuda oficial al desarrollo y la cooperación internacional resulta aún un componente determinante para la economía boliviana. En este sentido, la dependencia de este país no solo se reduce a la volatilidad en el precio internacional de las materias primas, los acuerdos comerciales alcanzados (especialmente aquellos que conceden preferencias arancelarias unilaterales como el SGPC), sino también a las transferencias recibidas por concepto de ayuda oficial al desarrollo recibida. Esta última representó entre los años 2012 y 2019 alrededor del 1,7 % y el 2,5 % de los ingresos nacionales brutos y comprende tanto desembolsos de préstamos condonables como asimismo donaciones otorgadas por instituciones multilaterales a fin de promover el desarrollo y el bienestar económico de países como Bolivia (OECD, 2019; Banco Mundial, 2022).

Los resultados que pueden alcanzarse a través de los acuerdos comerciales tienen no obstante límites fundamentales. El tejido productivo boliviano, al igual que el de los países con los ingresos más bajos de la región, según la economía estructuralista, posee actualmente un modelo dividido en dos partes que necesariamente tienen que convivir, pero no poseen los elementos fundamentales para hacerlo. Por un lado, el sector moderno alcanza niveles de eficiencia similares a los promedios de las economías avanzadas y tiene un alto valor agregado. El sector tradicional utiliza medios de producción obsoletos, tiene niveles bajos de productividad y se relaciona con la informalidad (Lewis, 1954). Esta estructura productiva dual es el resultado de una industrialización incompleta que se impulsa desde la década de los cuarenta, en el marco de una economía abierta sin planificación en el largo plazo (Prebish y Cabañas, 1949).

El sector moderno se limita a las grandes empresas, capaces de competir con el exterior, con niveles altos de productividad. El sector tradicional está ocupado por las pequeñas y medianas empresas (pymes), que suponen el 98 % del total. Las pymes están llamadas a la marginalidad por la reducida capacidad de las personas que las forman en términos de capital humano (Correa et al., 2020) y las brechas en el acceso a elementos fundamentales para su mejora, como es el acceso al crédito (Galiana et al., 2015).

La falta de una estrategia en el largo plazo y la garantía de su financiamiento para superar los límites naturales al fortalecimiento del tejido productivo permiten un modelo a todas luces incapaz de optimizar sus recursos. Este es uno más de los resultados de un modelo obsoleto (Rodrick, 2006) que, aunque necesariamente debe cambiarse (Alier, 1994), sigue validándose desde la opinión general (Gudynas, 2011), naturalizándolo como el único camino posible a seguir (Lander, 2000). Su mistificación responde a la visión unidireccional y lineal que propone el modelo de desarrollo tradicional (Quijano, 2000), que solo puede aspirar a la mejora porque el estado actual es un error.

III. Metodología

Este artículo busca representar el enfoque de la política de comercio exterior en Bolivia no solo a fin de entender de qué manera el país ha venido liberalizando su comercio considerando la dinámica misma que ha supuesto la globalización económica, sino también a fin de comprender cuál ha sido la tendencia de sus exportaciones. En este sentido, este documento adopta, según Baran y Jones (2020), un enfoque descriptivo en la medida que pretende adoptar técnicas de observación general sobre ciertos datos y estadísticas; todo ello, a fin de explicar el comportamiento del fenómeno objeto de estudio.

Así se busca entonces caracterizar el comercio exterior de Bolivia desde la adopción de la Nueva Política Económica (NPE), como subsecuentemente su ingreso a la OMC, además de otras políticas comerciales posteriores. Es por ello que este artículo compila información que vislumbra el comportamiento de las exportaciones en el tiempo, permitiendo reconocer las principales mercancías como asimismo los sectores que impulsan el comercio exterior del país.

Por lo tanto, a nivel de enfoque (véase Esquema I), el artículo ahonda en términos exploratorios, descriptivos y causales respecto al tema central, a fin de estructurar una serie de procesos que permitirán diseñar metodológicamente la manera en que la investigación será desarrollada a fin de llegar a unas conclusiones y reflexiones basadas en la información compilada.

ESQUEMA 1. Diseño metodológico de la presente investigación

*Este artículo no llevará a cabo un diseño experimental con variables definidas a nivel cuantitativo. Por lo cual, son planteados supuestos hipotéticos que pretenden explicar la realidad del comercio exterior de Bolivia como objeto de estudio.

Fuente: Elaboración propia basada en Naghi (2005), Hernández et al. (2014) y Baran y Jones (202å0).

En términos de temporalidad el artículo, si bien considerará la NPE durante los años 80, la fecha de corte será concretamente desde 1995 hasta el año 2019, justo cuando el mundo inicia en este último año de referencia una nueva recesión económica ocasionada en este caso por la actual pandemia. Por consiguiente, en la primera parte del estudio se efectúa el marco teórico y en cuyo caso se ilustran episodios relevantes acaecidos sobre el comercio exterior de Bolivia desde la creación de la OMC hasta el presente. En este apartado son considerados diversos trabajos afines al tema central indexados preferentemente en prestigiosas bases de datos como Scopus de Elsevier, Web of Science de Clarivate Analytics e igualmente Google Académico, todo ello con el propósito de elevar la rigurosidad de la investigación.

En la segunda parte se presentan los resultados apoyados en fuentes de información oficial tanto de la base de datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), que busca contribuir al crecimiento del comercio exterior boliviano con información especializada y asistencia técnica (IBCE, 2021), como, igualmente, con información oficial del Instituto Nacional de Estadística (INE), que pretende generar información estadística de calidad para la planificación en los diferentes niveles de Bolivia (INE, 2022a). Del mismo modo, para estadísticas a nivel internacional este artículo se apoya en la base de datos del Centro de Comercio Internacional o International Trade Centre INTRACEN (2022a), el cual está encargado de incentivar la aceleración en el crecimiento económico y la competitividad de los negocios dentro de los países en desarrollo.

Finalmente, el presente artículo tendrá también como soporte algunas investigaciones y publicaciones de referencia como en este caso las efectuadas por Baena y Fernández (2016) y Baena (2019) para el análisis del comercio de otros países en la región que evidentemente pueden ser emulados para Bolivia como objeto de estudio.

IV. Resultados

De esta manera, justo antes de la recesión ocasionada por la pandemia mundial, Bolivia alcanzó un total aproximado de 8.933,3 millones de dólares por concepto de exportaciones totales. Si bien la implementación de un modelo de crecimiento que tiene como fundamentos la apertura de la economía al comercio exterior y el fortalecimiento del sector exportador, emanados de la NPE, y el acoplamiento de los fundamentos de un sistema de comercio no discriminatorio, más libre, previsible y competitivo, promovidos por el ingreso del país a la OMC, han tenido un impacto importante dentro del comercio exterior de salida de este país andino. En todo caso, resulta llamativa (véase la Figura 1) toda la dependencia que Bolivia posee sobre el sector de la minería con un total del 54,27 %, equivalente a 4.847,7 millones de dólares. Luego, en segundo lugar, se encuentra el sector industrial que alcanza solamente un total del 40,21 %, equivalente en este caso a unos 3.592,5 millones de dólares; y finalmente, en tercer lugar, se ubica el sector agrícola con el 4,08 %, equivalente a poco más de 364,6 millones de dólares.

FIGURA 1. PORCENTAJE DE LAS EXPORTACIONES DE BOLIVIA POR TIPO DE PRODUCTO Y SECTOR 2019

*En este remanente se encuentran las reexportaciones que incluyen bienes de capital como incluso otros productos de origen extranjero además de los efectos personales de toda Bolivia.

Fuente: Elaboración propia con base en INE (2022b).

Lo anterior parece evidenciar que Bolivia en la actualidad posee una economía extractivista dado que su sector industrial no está aún lo suficientemente diversificado para elevar el valor agregado en sus exportaciones que se supeditan a la producción de materias primas mineras incluyendo gas e hidrocarburos.

Luego, es importante dejar en claro cómo se encuentran distribuidas las exportaciones de Bolivia desde sus departamentos de origen. En este sentido, la Tabla 3 deja entrever que entre los nueve departamentos con mayor incidencia en los flujos comerciales de salida en este país se encuentran: en primer lugar, Santa Cruz con el 24,08 %, correspondiente a un valor de 2.151,4 millones de dólares. En segundo lugar, Potosí con el 22,36 %, correspondiente a 1.997,9 millones de dólares. En tercer lugar, Tarija con el 18,68 %, correspondiente a 1.668,9 millones de dólares. Luego, en cuarto y quinto lugar, La Paz con el 14,84 % y Beni con el 9,09 %, correspondientes a 1.325,6 y 812,2 millones de dólares respectivamente. Así, tan solo estos cinco departamentos concentran el 89,06 % del total de las exportaciones de todo Bolivia.

TABLA 3. PORCENTAJE DE LAS EXPORTACIONES DE BOLIVIA POR DEPARTAMENTOS 2019

Posición

Departamento

% Total Bolivia

1

Santa Cruz

Valor

%

24,08 %

Gas natural

942,8

43,82 %

Productos derivados de soya

706,7

32,85 %

Productos derivados de girasol

49,4

2,30 %

Alcohol etílico

60,8

2,83 %

Maderas y manufacturas de madera

24,0

1,11 %

Azúcar

39,3

1,82 %

Otros productos

328,4

15,27 %

Total departamento

2.151,4

100 %

2

Potosí

Valor

%

22,36 %

Mineral de zinc

1.154,3

57,78 %

Mineral de plata

439,2

21,98 %

Mineral de plomo

152,8

7,65 %

Plata metálica

93,3

4,67 %

Boratos

43,8

2,19 %

Otros productos

114,5

5,73 %

Total departamento

1.997,9

100 %

3

Tarija

Valor

%

18,68 %

Gas natural

1.642,9

98,44 %

Gas licuado de petróleo (GLP)

21,1

1,27 %

Alcohol etílico

0,4

0,02 %

Isopentano

3,5

0,21 %

Otros productos

1,0

0,06 %

Total departamento

1.668,9

100 %

4

La Paz

Valor

%

14,84 %

Oro metálico

926,0

69,86 %

Estaño metálico

78,3

5,91 %

Joyería de oro

136,4

10,29 %

Mineral de zinc

84,3

6,36 %

Productos textiles

15,4

1,16 %

Otros productos

85,2

6,42 %

Total departamento

1.325,6

100 %

5

Beni

Valor

%

9,09 %

Oro metálico

669,6

82,45 %

Castaña

137,9

16,98 %

Maderas y manufacturas de madera

3,2

0,39 %

Otros productos

1,5

0,18 %

Total departamento

812,2

100 %

6

Oruro

Valor

%

4,43 %

Estaño metálico

154,7

39,07 %

Quinua

77,4

19,54 %

Mineral de zinc

83,5

21,10 %

Mineral de plata

49,7

12,54 %

Mineral de plomo

9,0

2,27 %

Otros productos

21,7

5,49 %

Total departamento

395,9

100 %

7

Cochabamba

Valor

%

3,91 %

Gas natural

83,8

23,96 %

Bananas

29,3

8,37 %

Sustancias y productos químicos

14,5

4,14 %

Oro metálico

46,0

13,15 %

Palmitos

8,2

2,35 %

Otros productos

167,9

48,03 %

Total departamento

349,6

100 %

8

Chuquisaca

Valor

%

0,85 %

Gas natural

50,5

66,86 %

Mineral de zinc

12,3

16,35 %

Prendas de vestir y curtiduría

7,8

10,30 %

Mineral de plata

2,1

2,80 %

Orégano

1,6

2,16 %

Otros productos

1,1

1,52 %

Total departamento

75,5

100 %

9

Pando

Valor

%

0,31 %

Castaña

15,9

57,11 %

Oro metálico

8,6

31,00 %

Maderas y manufacturas de madera

3,3

11,87 %

Otros productos

0,0

0,02 %

Total departamento

27,8

100,00 %

 

Reexportaciones y demás en Bolivia

128,5

100 %

1,44 %

 

Total exportaciones Bolivia

8.933,3

100 %

*Los valores son expresados en millones de dólares.

Fuente: Elaboración propia con base en INE (2022b).

Mientras que Oruro, Cochabamba, Chuquisaca y Pando concentran el 9,50 % correspondiente a 821,0 millones de dólares y finalmente las exportaciones se completan con las reexportaciones que suman un 1,44 %, correspondiente a los 128,5 millones de dólares restantes del total.

Cabe agregar que las exportaciones alcanzadas hasta el 2019 han sido solo una cifra fluctuante derivada no solo del comportamiento del comercio exterior de Bolivia, sino incluso del comportamiento del comercio internacional. Precisamente, tras el ingreso de Bolivia a la OMC en 1995, se presentó una tendencia interesante de crecimiento en las exportaciones que solo ha sido negativa (véase Figura 2) en los años 1997, 2001, 2009, 2015, 2016 y 2019 con porcentajes equivalentes al -1,79 %, -8,28 %, -22,27 %, -31,54 %, -18,65% y -1,94 % respectivamente.

FIGURA 2. COMPORTAMIENTO DE LAS EXPORTACIONES TOTALES
DE BIENES DENTRO DEL COMERCIO EXTERIOR DE BOLIVIA, 1992-2019

*Los valores son expresados en millones de dólares.

Fuente: Elaboración propia con base en INE (2022b).

Dentro de los periodos más destacados, por tratarse de un decrecimiento de dos dígitos, se encuentran evidentemente el 2009, año en el cual se notaron los efectos de la Gran Recesión o la crisis de los países desarrollados que terminó afectando al resto del mundo; y asimismo el 2015 y el 2016, años en los que Bolivia experimentó un saldo comercial deficitario importante que terminó por evidenciar un descenso en las reservas internacionales.

En relación con el comportamiento histórico de las exportaciones de Bolivia por sectores, se tiende a revelar un crecimiento más que notable del sector minero desde el ingreso de este país a la OMC. Precisamente, la tendencia en el aumento de los precios de las materias primas y commodities durante los primeros años del presente siglo XXI ha potenciado a nivel mundial este sector para países extractivistas como Bolivia. En este sentido, la Figura 3 muestra cómo, justo antes de la Gran Recesión, este país andino alcanzaba en el 2008 una sorprendente cifra de 5.004,1 millones de dólares que siguió en aumento en el 2011, 2012 y 2013 pasando de 6.539,5 a 7.947,6 y luego a 8.599,4 millones de dólares respectivamente.

FIGURA 3. COMPORTAMIENTO DE LAS EXPORTACIONES POR SECTORES DE BOLIVIA, 1992-2019

*Los valores son expresados en millones de dólares.

Fuente: Elaboración propia con base en INE (2022b).

Lo anterior supone entonces que Bolivia logró, desde su ingreso a la OMC, aumentar desde 1995 a 2008 sus exportaciones mineras en poco más de 13 veces en tan solo 14 años. Luego, en el periodo más alto de este sector Bolivia alcanzó en el 2013 aumentar más de 22 veces en 19 años sus exportaciones respecto al año 1995, cuando el país formalizó su participación dentro del Sistema Multilateral de Comercio. En este último periodo, otros sectores representaron el 0,97 %, el sector agrícola solo el 6,02 %, el industrial el 23,50 % y la minería concentró más de dos tercios con el 69,51 % de las exportaciones totales.

De igual manera, es imprescindible señalar que los principales socios comerciales receptores de las exportaciones de Bolivia (véase Figura 4) son Brasil con el 17,06 %, Argentina con el 15,24 % y Emiratos Árabes Unidos con el 9,52 %, equivalentes a 1.524,5, luego 1.361,8 y 850,9 millones de dólares respectivamente.

FIGURA 4. DESTINO DE LAS EXPORTACIONES DE BOLIVIA POR PAÍSES INCLUYENDO ACUERDOS COMERCIALES RESPECTO AL TOTAL DE EXPORTACIONES 2019

*Los valores son expresados en millones de dólares. Es importante agregar que en el caso de los acuerdos comerciales los valores son expresados en valores absolutos porque algunos países pueden estar en diferentes acuerdos, lo que altera la base del 100 %. Es decir, que el SGPC, ALADI y MERCOSUR, además de los otros acuerdos firmados por Bolivia, están relacionados en términos porcentuales respecto al resto de países, no respecto al resto de acuerdos.

Fuente: Elaboración propia con base en INE (2022b).

Por lo tanto, tan solo estos tres países concentran mucho más de un tercio de las exportaciones totales de Bolivia convirtiéndose, todos estos, en mercados estratégicos para este país. Situación que resulta cuando menos llamativa considerando la sobresaliente influencia de Estados Unidos en términos comerciales alrededor de toda Latinoamérica y que en este caso con Bolivia representa apenas un 4,87 %, correspondiente a unos 434,9 millones de dólares. Asimismo, es preciso agregar también que a nivel de acuerdos comerciales los tres más importantes son el SGPC, que en términos absolutos cuenta con el 56,23 %, equivalente a 5.023,4 millones de dólares. Luego, ALADI con el 44,97 %, equivalente a 4.017,1 millones de dólares, y posteriormente MERCOSUR con el 33,04%, equivalente a 2.951,8 millones de dólares. Respecto a los acuerdos comerciales precisamente el SGPC, que ocupa el primer lugar como socio comercial al adquirir la mayoría de las exportaciones de Bolivia, resulta en definitiva determinante, dado que otorga preferencias arancelarias unilaterales que permiten que el país andino pueda acceder a todos sus países miembros que conceden estos beneficios. Lo anterior, sin ningún tipo de reciprocidad que pueda potencialmente poner en riesgo la industria nacional y ciertas empresas nacionales de Bolivia respecto a la importación de mercancías; ya que en definitiva los aranceles que se aplican para muchos de estos países en el mercado boliviano no poseen en contraprestación preferencias arancelarias.

Finalmente, para cerrar los resultados de esta investigación, se puede apreciar el protagonismo de Bolivia en la exportación de algunas mercancías dentro del total del comercio mundial. Es así entonces como se puede destacar el caso de las tres materias primas más importantes de este país andino (véase Figura 5), como es el caso del estaño en bruto, cuya participación alcanza el 7,24 %, ubicando a Bolivia en la posición n.º 6 con 285,1 millones de dólares respecto al total mundial de 3.940,7 millones de dólares. Sucesivamente, se puede destacar también el caso de las frutas y frutos comestibles «secos», cuya participación alcanza el 1,92 %, ubicando a Bolivia en la posición n.º 12 con 155,9 millones de dólares respecto al total mundial de 8.142,3 millones de dólares. Además del caso de los minerales metalíferos, escorias y cenizas, cuya participación alcanza el 0,85 %, ubicando al país en la posición n.º 18 con 2.049,1 millones de dólares respecto al total mundial de 239.869,7 millones de dólares en esta mercancía.

Es decir, que si se analiza el caso de Bolivia a nivel regional, concretamente a nivel Sudamérica, los resultados tienden a ser más sobresalientes. Por ello, si se analiza también el caso de las tres materias primas más importantes de este país andino, se puede encontrar que el gas de petróleo y demás hidrocarburos gaseosos, que en el caso anterior ocupaban la posición n.º 22, poseen una participación que alcanza el 77,03 %, ubicando a Bolivia ahora en la posición n.º 1 con 2.758,8 millones de dólares respecto al total sudamericano de 3.581,5 millones de dólares. También las frutas y frutos comestibles «secos» poseen una participación del 46,99 %, ubicando a Bolivia en la posición n.º 1 con 155,9 millones de dólares respecto al total de esta región con 331,9 millones de dólares. Luego, está también el caso del estaño en bruto que alcanza ahora el 34,55 %, ubicando a Bolivia en la posición n.º 2 con 285,1 millones de dólares respecto a 825,4 millones de dólares dentro del total de las exportaciones sudamericanas.

V. Conclusiones

Los resultados que se presentan en este trabajo permiten contribuir a algunas teorías clásicas del comercio internacional. Bolivia exporta aquellos bienes y servicios de los que tiene en abundancia, como son los productos primarios. El modelo de Heckscher-Ohlin venía a proponer esta teoría, que no logra contradecirse en la región, aunque el factor de producción que tiene en abundancia permite producir los bienes y servicios con menor valor agregado en el mercado y mayor volatilidad de precios. De igual manera, este trabajo contribuye a la teoría del subdesarrollo concentrado (Slutzky, 2014), que propone que los países con niveles menores de desarrollo tienen polos con niveles comerciales muy superiores al resto, lo que se alinea a su vez con la teoría del modelo bipolar de desarrollo acuñado desde la economía estructuralista (Olarte, 2016).

Es evidente que el comercio exterior de Bolivia ha venido experimentando una importante transición no solo desde la implementación de la NPE en los 80, sino con la participación como Estado fundador de la OMC poco más de una década después. De este modo, el enfoque del comercio exterior en Bolivia ha presentado una incidencia relevante sobre las exportaciones, ya que los valores año tras año han venido en aumento dentro de este apartado. En este sentido, también pueden plantearse reflexiones en torno a lo conveniente o no que ha resultado liberalizar el comercio exterior en este país con la entrada a la OMC; es en todo caso un hecho incontrovertible el reconocer que en aquel momento de la historia los países en general no podían dar la espalda a esa realidad derivada de la tendencia impuesta a la globalización.

Llamativamente desde aquel entonces ciertos países latinoamericanos, entre estos Bolivia, parecen evidenciar un marcado proceso de desindustrialización ocasionado por la apertura económica; en donde el sector de la minería ha venido tornándose imperante dentro de las exportaciones haciendo a estas economías cada vez más extractivistas. No obstante, esto no significa que sea un efecto directo de la OMC ya que, por un lado, esta organización cuenta con instrumentos políticos y comerciales para amparar dentro de ciertas economías vulnerables todo su entramado productivo. Igualmente, por otro lado, porque desde la Administración Pública los gobiernos que disponen de estas materias primas deben aprovechar los excedentes generados por estos commodities para impulsar otros sectores relevantes del sector industrial con valor agregado para lograr precisamente dinamizar el crecimiento y el desarrollo económico de estos países.

Asimismo, es preciso agregar que Bolivia concentra en tres de sus departamentos casi dos tercios de sus exportaciones tal y como sucede con Santa Cruz, Potosí y Tarija; los cuales en conjunto concentran alrededor de un 65,13 % del total de las exportaciones. De este modo, en el primer caso, con Santa Cruz existe una diversidad de mercancías entre las que sobresalen las exportaciones de gas natural con un 43,82 %, productos derivados de soya con un 35,85 %, alcohol etílico con un 2,83 %, productos de girasol con un 2,30 %, entre otros tantos más. En el segundo caso, con Potosí destaca la producción de minerales como el zinc con un 57,78 %, plata con un 21,98 %, plomo con un 7,65 %, entre otras mercancías. En el tercer caso, con Tarija la primacía de la minería es indiscutible con mercancías como el gas natural que alcanza el 98,44 % de todas las exportaciones de esa región.

FIGURA 5. PRODUCTOS MÁS IMPORTANTES DE EXPORTACIÓN DE BOLIVIA Y SU IMPACTO DENTRO
DEL COMERCIO MUNDIAL 2019

*Los valores son expresados en millones de dólares. Los números corresponden a los departamentos de Bolivia en orden por posición en cantidades dentro de las exportaciones totales como se indica en la Tabla 3.

Fuente: Elaboración propia con base en INTRACEN (2022b).

Respecto al destino de todas estas exportaciones tan solo cuatro países concentran poco más de la mitad de las exportaciones de Bolivia, con un 54,14 %, tal y como sucede con Brasil, Argentina, Emiratos Árabes Unidos e India. En cuanto al destino de las exportaciones, a nivel de acuerdos comerciales, sobresale particularmente el caso del SGPC, el cual concentra un 43,77 % de todas las exportaciones; lo cual supone una sobresaliente dependencia de Bolivia en acuerdos comerciales de tipo unilateral diseñados desde la lógica de la ayuda oficial al desarrollo y la cooperación internacional.

Por último, Bolivia como país en vía de desarrollo presenta una participación interesante dentro del comercio mundial, segmentado especialmente a nivel sudamericano, ya que es uno de los principales exportadores de estaño del planeta con un 7,24 % y cuenta asimismo con exportaciones de gas de petróleo equivalentes a un 1 %, oro platinado en bruto un 0,57 %, minerales metalíferos, escorias y cenizas un 0,85 %, como también de frutas y frutos secos comestibles equivalentes al 0,15 %. Cifras que, si bien parecen muy bajas, ocupan puestos por debajo de los primeros 30 dentro de las exportaciones totales mundiales.

En todo caso, resulta obvio que este país andino debe establecer medidas claras y eficientes que en materia de comercio exterior permitan solventar los diversos retos económicos, políticos y sociales existentes; todo ello, a razón de lograr mayores niveles de industrialización y desarrollo agrícola además de disminuir la dependencia de determinados recursos mineros, los cuales pierden protagonismo por su propio agotamiento como también por la transición actual mundial a modelos energéticos más sostenibles. Las medidas implementadas en el marco del comercio exterior deben además acompañarse de estrategias capaces de potenciar el tejido socioeconómico del país.

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